“Tres mil cuatrocientos cincuenta y dos, tres mil cuatrocientos cincuenta y tres, tres mil cuatrocientos cincuenta y cuatro… Cuenta, para dormirse, el vasto número de los hombres (los imagina saltando una tranquera) que nunca fueron sus amantes”.
El microrrelato (o minificción o minicuento) existió siempre. Se lo llamaba, simplemente, “cuento brevísimo”. En el siglo XX fue redescubierto y bautizado por la crítica, creció y se multiplicó. Lo ejercieron Kafka y Calvino en Europa, Borges y Cortázar en nuestro país. Entre los actuales autores del género, Ana María Shua ocupa un lugar indiscutido. En España se la llama “la reina del microrrelato” y buena parte de la crítica hispanoamericana considera que sus textos son los mejores en lengua española.
Este volumen reúne todos los libros del género que Shua escribió hasta la fecha,excepto el último “La guerra”, publicado en 2019. Enigmáticos, inquietantes, engañosamente simples, cada uno de ellos propone un juego que es a la vez un desafío. Todos los universos posibles. Microrrelatos reunidos es una muestra fehaciente, sorprendente de la versatilidad de este género que Shua domina como nadie.
“Tres mil cuatrocientos cincuenta y dos, tres mil cuatrocientos cincuenta y tres, tres mil cuatrocientos cincuenta y cuatro… Cuenta, para dormirse, el vasto número de los hombres (los imagina saltando una tranquera) que nunca fueron sus amantes”.
El microrrelato (o minificción o minicuento) existió siempre. Se lo llamaba, simplemente, “cuento brevísimo”. En el siglo XX fue redescubierto y bautizado por la crítica, creció y se multiplicó. Lo ejercieron Kafka y Calvino en Europa, Borges y Cortázar en nuestro país. Entre los actuales autores del género, Ana María Shua ocupa un lugar indiscutido. En España se la llama “la reina del microrrelato” y buena parte de la crítica hispanoamericana considera que sus textos son los mejores en lengua española.
Este volumen reúne todos los libros del género que Shua escribió hasta la fecha,excepto el último “La guerra”, publicado en 2019. Enigmáticos, inquietantes, engañosamente simples, cada uno de ellos propone un juego que es a la vez un desafío. Todos los universos posibles. Microrrelatos reunidos es una muestra fehaciente, sorprendente de la versatilidad de este género que Shua domina como nadie.
Cuerpos que conciben. Cuerpos que crecen. Cuerpos que envejecen. Cuerpos que se rompen y sanan. Cuerpos que no olvidamos. Los cuerpos que deben ser cuidados y que cuidan. Nuestros cuerpos y sus cuerpos.
Conmovedora por su honestidad, bella por su proximidad, única por su humor, la escritura de Ana María Shua es también cuerpo recordado y recreado. El asombro y la agitación en el descubrimiento; la dignidad y el esfuerzo en la superación; el dolor y el amor en el duelo conviven con una mirada lúcida y una literatura cómplice, donde el síntoma, la herida o la cicatriz son un canto a la vida.
“Tres mil cuatrocientos cincuenta y dos, tres mil cuatrocientos cincuenta y tres, tres mil cuatrocientos cincuenta y cuatro… Cuenta, para dormirse, el vasto número de los hombres (los imagina saltando una tranquera) que nunca fueron sus amantes”.
El microrrelato (o minificción o minicuento) existió siempre. Se lo llamaba, simplemente, “cuento brevísimo”. En el siglo XX fue redescubierto y bautizado por la crítica, creció y se multiplicó. Lo ejercieron Kafka y Calvino en Europa, Borges y Cortázar en nuestro país. Entre los actuales autores del género, Ana María Shua ocupa un lugar indiscutido. En España se la llama “la reina del microrrelato” y buena parte de la crítica hispanoamericana considera que sus textos son los mejores en lengua española.
Desde la pareja de amantes que se reencuentra décadas después al pescador que escapa del agobio de una casa e vacaciones, pasando por la chica cuyo cuerpo sufre una extraña mutación cada vez que se siente en peligro, o por el abuelo que cava un misterioso túnel en la playa, los personajes de estos cuentos transitan un borde incierto entre la realidad y el asombro. Su lectura promete la revelación de un sentido que siempre se escapa y es apenas un aliciente más para avanzar. El amor, el miedo, la soledad, el sexo, la enfermedad, la muerte son algunos de los temas que Ana María Shua aborda con genialidad, con ironía, con compasión. Sirena de río es un conjunto de relatos agridulces, crueles y divertidos, en los que destaca un humor corrosivo y un uso preciso del lenguaje. Cada uno de ellos es una obra de arte en sí mismo. Juntos son una garantía de disfrute al tiempo que reafirman el lugar central de Ana María Shua en la literatura contemporánea en lengua española.
Ana María Shua nació en Buenos Aires en 1951. A los dieciséis años publicó sus primeros poemas reunidos en El sol y yo. En 1980 ganó con su novela Soy Paciente el premio de la editorial Losada. Otras novelas son Los amores de Laurita (llevada al cine), El libro de los recuerdos (Beca Guggenheim) y La muerte como efecto secundario (Premio Club de los XIII y Premio Ciudad de Buenos Aires en novela). Su última novela es Hija.
Seis de sus libros abordan el microrrelato, un género en el que ha obtenido el máximo reconocimiento internacional: La sueñera, Casa de Geishas, Botánica del Caos, Temporada de Fantasmas (reunidos en el volumen Cazadores de Letras) y Fenómenos de circo. Todos los universos posibles reúne su obra hasta ese momento. En 2019 se publicó La guerra en Madrid y en Buenos Aires.
También ha escrito varios libros de cuentos. Con Miedo en el sur obtuvo el Premio Ciudad de Buenos Aires. Que tengas una vida interesante reúne sus cuentos completos hasta 2011. Contra el tiempo fue publicado en Madrid con prólogo, selección y entrevista de Samanta Schweblin. En 2022 se publicó Sirena de Río y en 2025, en España, El cuerpo roto, su último libro en el género.
Sus libros para chicos, que obtuvieron premios nacionales e internacionales, se leen en toda América Latina y en España.
En 2014 recibió el premio Konex de Platino y el Premio Nacional de Literatura. En 2016 recibió en México el Premio Internacional Arreola de Minificción. En 2025 se le otorgó el Doctorado Honoris Causa por la Universidad Nacional de Cuyo.
Parte de su obra ha sido traducida a dieciséis idiomas